lunes, 14 de julio de 2008

Respuesta al escrito de Javier Saéz. Medeak

El amor es heterosexual, ¿¿y las bicicletas??
No te falta razón en que hubo momentos de empalago en el último seminario.
Bueno a mi la verdad, lo que más me preocupaba era con la insistencia con la que la
Stephens le quitaba de las manos el micro a Annie Sprinkle. Me recordó a mi padre con
su esposa. Sí, creo que hay cosas que se nos escapan y sí, puede pasar algo de lo que
dices. También creo que babeamos con el rollo Beto-Virgini, tal vez, por que acaban de
escribir un libro cada una que nos han bajado las bragas a hasta los tobillos a muchas de
nosotras.
Pero, querido Javier, creo que por ejemplo, las Medeak defendimos el amor de la
manada, de nuestro colectivo y nuestras redes de lucha. El amor no es a-histórico, debe
leerse en contexto siempre, en las realidades de la gente. No me refiero al amor de
pareja, no al que “imita” al de un hombre con una mujer, que claro dicho así, pues no
tiene mucho sentido, porqué, ¿qué es eso de ser un hombre o una mujer”. Tengo
colegas (que ellas no se definen como heteros, suele ser un empeño externo lesbico-gay)
que tienen relaciones mucho más sanas que muchas bollera y maricas. Menos
posesivas, más permisivas y muchas veces, muy transgresoras.
Decir que el amor es heterosexual, es hacer una reducción. El amor se representa
en espacios de hegemonía heteronormativa y ha sido un instrumento de dosmeticación
muy potente. Pero, eso no quiere decir que no pueda resignificarse. De hecho, una de
las aportaciones de Texto Yonki1, aportación al propio pensamiento de Foucault, es que
el cuerpo es un núcleo de resistencia, un núcleo capaz de resignificar sus propias
representaciones. No sé, pero creo que eso también lo dice Butler. Sino, ¿cómo
explicamos lo que es una Drag Queen?
1 Algo que a mi me enseñó Mari Luz Esteban “Antropología encarnada. Antropología desde una misma”.

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