No hay plazas para hijas de lesbianas

Toda cualidad humana no es infinita, ni tiene porque serlo, siempre será mas real una buena gestión de los limites o de su flexibilidad que la generosidad incondicional, mas propia de creencias religiosas que de actitudes políticas.
Mi solidaridad tiene límites y mi empatía a veces se le enciende el piloto de reserva.
Ayer en la primera página de El Paìs aparecía una noticia con el titular ut supra, con la avidez que me caracteriza; según avanzaba mi lectura un rictus, primero de sorpresa luego de aborrecimiento, se apoderaba de mi cara.
No seré yo quien aplauda una conculcación de derechos como la que supone negar la matricula en un colegio a dos criaturas porque su madres sean lesbianas. Pero debo reconocer que este atropello me ha hecho reflexionar, una vez mas, del tipo de igualdad que se ha logrado por parte de las comunidades lgt.
El colegio que de forma poco disimulada, ha negado el ingreso alas hijas de estas mujeres es el SEK (Antaño conocido como San Estanislao de Kostka, y recuerdo con añoranza mi juventud pandillera, de cuando íbamos a palear a sus alumnos y lo llamábamos San Estacolgao de Kosto) uno de los colegios pijos y caro de Madrid.
Un colegio que pese a su concertación, cuesta mas de 500 € por personita, en este caso, dos, lo que hace un monto superior a mi sueldo. Simplemente con este dato me es suficiente para no sentir ninguna empatia por la pareja y su prole. Si el rechazo se hubiera producido por parte de la escuela publica no hubiera dudado ni un momento en comunicarlo en red, en mandar cartas de protesta y en ponerme detrás de una pancarta con tres o cuatro personas para protestar. Y digo tres o cuatro, por que ni el matrimonio ni algún otro derecho conseguido para la población LGT ha servido de acicate para aumentar la denuncia y solidaridad con las personas LGT perseguidas en otras partes del mundo, o aquí al lado.
Es curiosa la desproporción existente entre las personas participantes de las Pride y las que participan de actos puntuales, más reivindicativos, mas políticos. Podría servir como indicador de los intereses e inquietudes sociales de la población LGT.
Y es lo que decíamos muchas cundo surgió la cuestión del matrimonio, con su legalización perdimos la oportunidad histórica de promocionar los derechos individúales para todas las personas y no solo para las que adquieren un status integrador en un sistema a todas luces injusto.
No es lo mismo ser bollera precaria y un poco ligera de cascos a ser una pareja clase media casada y con ganas de ver a su prole con el uniforme de un colegio de prestigio.
Mi elección esta bien clara. Mis prioridades también. Nunca me motivo a la acción el sufrimiento de los poderosos, ya se que los ricos también lloran pero no es lo mio.